Vagones interminables, motores apabullantes, las carteras humanoides repletas de metal y los autómatas del trabajo en disposición vectorial. Los seres abyectos pasan desapercibidos, así como los surferos vacacionales y los temporeros emotivos, preocupados por los recibos y por la cultura doméstica domiciliada. Los cheques al portador en el bolsillo y los jefes desnortados con el coche en el taller viajan de incógnito y refunfuñados en los subterráneos citys. Subway declamado, guitarras y trobadores, pedigüeños, comensales de un aire cortado, carteristas, pijoapartes, ancianos con mala leche, madres con cochecito que se lo guisan solas, seguratas con malos modos, un joven procaz con la radio a todo volumen, vendedores ambulantes de mecheros... Suburbano de amor y de odio, ¡a tí voy demarcando el túnel con pasos agigantados! En el hormiguero nos volvemos pequeñitos, como zombies de derrota, emparedados en los andenes, mimetizados entre biselados pálidos y cenefas de colores vivos. En tus logos y carteles me…
Los Monstruos y lo Monstruoso: la equilibrada fórmula del Horror
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*Los Monstruos y lo Monstruoso: la equilibrada fórmula del Horror.*
Los *Monstruos* —categoría en la cual inscribimos a los seres
sobrenaturales (*demon...
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